La historia de los gitanos está por hacer. El lugar del conocimiento aparece ocupado por estereotipos seculares que aún en la actualidad siguen deformando la percepción que tenemos sobre esta comunidad –en ala actualidad, más medio millón de personas en España, y entre diez y doce millones en Europa-. Los prejuicios negativos y las representaciones románticas simplificadoras sobre los gitanos y las gitanas ocultan una realidad histórica mucho más plural que la que transmiten los tópicos. Dar visibilidad a las personas reales invisibilizadas tras los estereotipos es una forma de colaborar a la restitución de la dignidad humana de un grupo social castigado históricamente por la marginación. De esta manera, la historia se convierte en un conocimiento que colabora a situarse ante los retos del presente y se ofrece como un instrumento de convivencia social.