Este es el título de un curso que organiza la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas y Universitarias, FAKALI-AMURADI, con la colaboración de la Universidad de Sevilla, y que este año celebra su quinta edición. Su objeto principal es mostrar a los alumnos universitarios la realidad del antigitanismo y estimular una posición cívica comprometida contra esta forma de discriminación que pasa muchas veces inadvertida para la sociedad mayoritaria. Porque el antigitanismo no es solo cuestión de prácticas discriminatorias violentas y vejatorias que toda persona biennacida repudia al tener noticia de ellas. El antigitanismo es también cuestión de prejuicios, de estereotipos, de atribuir a una comunidad determinados rasgos negativos (delincuencia, alegalidad, atraso…). Tenemos muy naturalizados prejuicios que nuestro lenguaje evidencia, y que dan forma a un peligroso racismo banal, por tomar prestada de Hannah Arendt su conocida calificación del mal nazi. Esa inquietante frase de «Yo no soy racista, pero…» recae con mucha frecuencia sobre los gitanos y las gitanas, delatando al racista banal que la pronuncia.