Esta mujer de ojos tremendamente claros se llamaba Teresa Gabarre. Eso dice al menos su “carnet antropométrico”, un documento que el estado francés obligó a llevar a todos los nómadas desde que una ley de 1912, aún vigente en 1968, tipificó legalmente esta figura.
Es una muestra de cómo se trató en los países liberales y democráticos de Europa, antes y después de la Segunda Guerra Mundial, a una numerosa comunidad gitana trasnacional, que tenía en el viaje su forma de economía y de vida.