Durante los días 3 y 17 de junio Marta Fernández estuvo realizando una estancia de investigación en Quito (Ecuador), con el objetivo de recopilar documentación relevante para la elaboración de su tesis doctoral. La investigación se centra en el estudio de la construcción de la representación parlamentaria en Ecuador y Perú durante la segunda mitad del siglo XIX, desde una perspectiva comparada en relación a otros sistemas europeos y americanos. Se presta especial atención a la construcción de los conceptos de “ciudadanía” y de “representación” en relación a la inclusión y la exclusión. ¿Quiénes eran considerados ciudadanos en Ecuador y en Perú en este momento? ¿Quiénes tenían derechos políticos en el sistema que se construye desde la década de 1860? ¿Quiénes, por tanto, quedaban fuera de este sistema? A pesar de que en ambos países andinos se instalaron sistemas liberales teóricamente inclusivos, en la práctica la participación política, y por supuesto la representación, se encontraban muy limitadas, a través de criterios como la edad, el sexo, la renta, la profesión, la alfabetización o la religión.
El establecimiento del requisito de la literacidad -es decir, saber leer y escribir- para obtener derechos políticos estaba profundamente relacionado con el elemento étnico, ya que la mayor parte de la población indígena continuaba siendo analfabeta durante la segunda mitad del siglo XIX. Esto a menudo resultaba un aspecto “problemático” para la configuración del nuevo Estado-Nación que se pretendía instalar en estos territorios. ¿Podía ser el indígena considerado un miembro más de la nación peruana o ecuatoriana? ¿Tenía, por tanto, los mismos derechos políticos que cualquier otro ciudadano? O, por el contrario, ¿eran entendidos como una “nación distinta” o como un “cuerpo extraño a la verdadera nación”? Lo cierto es que, en el caso de Ecuador, el requisito de la literacidad continuó vigente hasta la promulgación de la Constitución de 1978, lo que en la práctica mantuvo a la mayoría de población indígena al margen de la participación política durante todo el siglo XIX y buena parte del XX.
La situación política del indígena en algunos países de América Latina es comparable a la marginación que ha sufrido –y sigue experimentando- el pueblo gitano a lo largo de la historia en diferentes marcos espaciales. Y al igual que ocurre con el colectivo gitano, también los grupos indígenas latinoamericanos han sido a menudo acusados de vivir al margen de la sociedad y de ser responsables de su atraso, debido al estigma de su analfabetismo. Pero en paralelo, de nuevo igual a lo que sucede con la figura del gitano en España y otros países, el indígena es identificado con determinados aspectos exóticos de los que no en pocas ocasiones se apropian los discursos nacionalistas. A través de nuestra investigación aspiramos a cuestionar este tipo de afirmaciones categóricas naturalizadas a través del tiempo.
La capital ecuatoriana cuenta con una serie de archivos y bibliotecas en los que se encuentra gran cantidad de documentación relevante para la realización de investigaciones sobre la historia política, económica, social y cultural de Ecuador, así como sobre las relaciones entre este país y otros pertenecientes al contexto americano y europeo. Entre otras, se pueden destacar las siguientes instituciones:
- El Archivo de la Función Legislativa, situado en la Asamblea Nacional del Ecuador, donde se encuentran las Actas de Sesiones del Congreso desde 1830, los debates constitucionales y otras leyes decimonónicas;
- el Archivo Nacional, que alberga, entre otros, el Fondo Ministerio de Gobierno –en el que se pueden encontrar acuerdos y decretos dados por el Congreso- y el Fondo Viteri Lafronte –que contiene acuerdos internacionales-;
- el Archivo Histórico del Ministerio de Cultura y Patrimonio, que contiene fotografías, correspondencia personal de personajes públicos, recortes de prensa, folletos y pasquines políticos, y otros documentos relevantes del siglo XIX;
- el Archivo Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores (Archivo Alfredo Pareja Diezcanseco), en el que se ubica documentación relativa a las relaciones internacionales de Ecuador con diversos países, especialmente americanos y europeos;
- la Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit, que contiene una buena hemeroteca histórica, entre otros documentos importantes;
- o la Biblioteca de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, donde se aloja gran cantidad de bibliografía de sumo interés para la historia del Ecuador, así como alberga un fondo histórico que contiene leyes y decretos desde 1830.
Esta estancia ha permitido a nuestra investigadora entrar en contacto con otros historiadores ecuatorianos y debatir con ellos. Es destacable el papel ejercido por el Dr. Juan Paz y Miño, especialista en la historia de Quito y en el liberalismo ecuatoriano, el cual estuvo participando como ponente en el Foro “Alfarismo: historia y legado”, celebrado en la Asamblea Nacional del Ecuador y dedicado a conmemorar la Revolución Liberal ecuatoriana de 1895. También es reseñable la visita a la Academia Nacional de Historia para conocer sus instalaciones y funcionamiento, así como entablar conversación con el Subdirector de la misma, el Dr. Franklin Barriga López. No menos importante fue la asistencia a la presentación del nuevo libro del historiador Jaime Breilh, en la que intervinieron otros investigadores relevantes, como Juan Maiguashca o Andrea Moreno.
Por último, la estadía en Quito se ha dedicado a difundir y debatir algunos de los primeros resultados de la investigación. En este sentido, en un charla con los alumnos de la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador se plantearon algunas de las cuestiones mencionadas anteriormente, y salieron a la luz términos como representación, ciudadanía, inclusión, exclusión, democracia, libertad, igualdad… conceptos que siguen estando presentes en la vida política actual, tanto en América Latina como en Europa. Así, analizar el alcance de la participación y representación en cada uno de los sistemas políticos sigue siendo un reto no sólo para los historiadores, sino para todos los ciudadanos comprometidos con la democracia.
*Imagen de portada: Plaza de la Independencia de Quito (Ecuador).